El Fondo Monetario Internacional difundió ayer su evaluación interna de la economía argentina. El paquete de documentos elaborado por los técnicos del organismo multilateral ofrece detalles sobre el programa de ajuste fiscal que propuso el gobierno. Anticipa despidos de empleados estatales, mayores aumentos de tarifas, recorte del financiamiento para las empresas públicas y la paralización de la obra pública.
El informe del staff del organismo advierte además que «el programa enfrenta riesgos sustanciales» y particularmente, con relación a la sustentabilidad de la deuda pública, puntualiza que las altas necesidades de financiamiento, con una alta proporción en moneda extranjera plantean «riesgos importantes».
Las recomendaciones para las metas fiscales:
– Limitar el crecimiento de los salarios del sector público, incluidos los beneficios no salariales y pagos, a un promedio de 8% durante junio de 2018-junio de 2019.
– Reducir las transferencias a las empresas estatales en un total de 15% para 2019, combinado con esfuerzos para fortalecer su posición financiera.
– Para el Fondo, el cambio de metas también golpeó la credibilidad del Banco Central.
– El jefe de la misión para la Argentina del organismo, Roberto Cardarelli, prevé que la economía argentina caerá durante el segundo y el tercer trimestre, pero también que volverá a crecer a fin de 2018.
– Reducir las transferencias discrecionales a las provincias en un 1,2% del PIB para 2019 y garantizar esas reducciones se compensan con recortes en el gasto provincial en salarios y bienes y servicios.
– La consiguiente reducción en el déficit federal será, por lo tanto, reforzada a nivel subnacional nivel.
– El FMI sugirió también «vender tierras» y amortizar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad para financiar el pago de reclamos jubilatorios.
– Las reducciones identificadas en los gastos provinciales están diseñadas para preservar los asistencia y otros programas de alivio de la pobreza que se ejecutan a nivel provincial.