Recién se abonaron algunos salarios correspondientes a marzo pero abril no. Desde la agrupación de Personal de Casas Particulares denunciaron que un gran número de trabajadoras está en negro y sus empleadores no facilitan los datos para que puedan completar el permiso de circulación para ir a trabajar.
El efecto de la crisis por la pandemia afectó a un gran número de sectores pero uno de los más castigados es el de las Trabajadoras de Casas Particulares que, a mediados de mayo, siguen reclamando el pago de los salarios atrasados de marzo y abril.
“Algunos salarios de marzo fueron saldados, y resta abril. Quieren pagar un porcentaje y otros en cuotas”, contó María Eugenia Cáceres, referenta de la agrupación Personal de Casas Particulares.
Además, un número importante realiza sus tareas en negro y, para ir a trabajar deben hacerlo con un permiso de circulación que requiere de información que, en muchos casos, los empleadores que se niegan a facilitar.
Esta realidad fue relatada por Cáceres a Plan B: “los empleadores no quieren pasar los datos para completar los permisos. Las compañeras no pueden asistir a trabajar. Algunas se arriesgan, aun sabiendo las consecuencias”.
Si bien algunas trabajadoras han recibido la IFE o son beneficiarias de una tarjeta alimentaria, la economía familiar se compone de esos ingresos y cada vez está peor. “No alcanza. Este es el sector más precarizado y para quienes no han podido comenzar a trabajar se está poniendo cada vez más difícil”, expresó.
A pesar de conocer esta realidad, gran parte de los empleadores se niega a pagar el salario: “Muy pocos han sido flexibles en el tema salarial y solo algunos pagaron marzo, pero abril se adeuda”, remarcó la representante.
El universo del trabajo doméstico está compuesto en un 99% por mujeres. “La mayoría de las trabajadoras son sostén de hogar, con hijos», recordó Cáceres y completó «queremos que se pueda llegar a un acuerdo por que la situación está muy difícil”.