Por Luciano Gaich. Un informe confidencial señala que la constructora Sinihydro escondió 8000 rajaduras en la central hidroeléctrica que construyó en Ecuador.
La factibilidad de la instalación de la represa de Portezuelo del Viento en Mendoza, que ocasionaría un nuevo desastre ambiental para La Pampa al cortar el Río Grande, principal afuelte del Colorado, parece alejarse cada vez más, pese a que el gobierno nacional ya destinó la mitad de los recursos para su construcción.
Por más que el presidente Alberto Fernández asegurara en mayo de este año durante su visita a nuestra provincia que antes del inicio de las obras se haría un nuevo estudio de impacto ambiental –dichos “festejados” desde La Pampa como un signo tendiente a la anulación de la construcción- desde la administración central se siguieron girando fondos, que ya suman el 50% de los necesarios para su concreción.
Ahora, para colmo, se filtró un documento secreto que indica que Sinihydro, la empresa china que encabeza la UTE Malal Hue, en consorcio con las mendocinas CEOSA, IMPSA y Obras Andinas para la edificación de la presa mendocina, ocultó información sobre graves fallas en una obra de similares características que llevó a cabo en Ecuador en el 2012: la Central Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, en la que se registraron ocho mil fisuras en los distribuidores de turbina de la casa de máquinas de la central.
Estos desperfectos ocasionaron que el estado ecuatoriano y la empresa asiática se encuentren en un litigio legal por los perjuicios ocasionados en la construcción, presentada por el gobierno de Rafael Correa como “la más grande de la historia de Ecuador”. La país reclama, en la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional, una suma resarcitoria de U$S 1.000 millones.
Impacto
En julio del 2020 se abrieron los sobres de la licitación para Portezuelo del Viento, obra presentada prácticamente de la misma manera que su similar ecuatoriana, siendo la UTE Malal Hue la única oferente.
Cabe recordar que la obra de Portezuelo fue la promesa del pago de una deuda de Nación con Mendoza, convenio realizado en el 2006 por el entonces presidente Néstor Kirchner con el gobernador mendocino, que en esa época era Julio Cobos. “Vinimos a cumplir esta palabra federal con el pueblo de Mendoza”, dijo el ex presidente, en el acto del 29 de agosto del 2006 en Cuyo, comprometiéndose de esta manera a saldar el compromiso por los atrasados pagos de los créditos de promoción industrial.
El “acuerdo” también puede leerse como un pacto electoral que le aseguraba al kirchnerismo contar con el caudal de votos necesarios para alzarse con los comicios generales del año siguiente. De hecho la fórmula de la llamada “transversalidad” fue Fernández de Kirchner-Cobos.