El presidente Ablerto Fernández divide al Frente de Todos, entre quienes le piden que dé un paso al costado y quienes creen que tiene derecho a ser el candidato único del frente oficialista.
En ese marco, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, acusó a Andrés «Cuervo» Larroque y a Eduardo «Wado» De Pedro de «tirar piedras desde la otra vereda» y remarcó que «la verdadera pelea es contra la derecha, no contra los propios compañeros».
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, cuestionó a los referentes de La Cámpora por no respaldar una eventual postulación del presidente Alberto Fernández y afirmó que el mandatario «tendría que ser `el candidato´, sin problemas».
«El Presidente no tendría que presentarse como candidato. Tendría que ser `el candidato´, sin problemas. Y todos los que no trabajaron nunca o se la pasaron tirando piedras desde la otra vereda, como (Andrés) el `Cuervo´ (Larroque) o (Eduardo) `Wado´ (De Pedro), tendrían que haber sido los que acompañaban esa decisión», sostuvo el funcionario nacional.
En diálogo con Hagamos Algo con Esto, el programa que conducen Irina Hauser y Pablo Marcovsky en La990, el titular de la cartera policial cruzó a los referentes camporistas: «Se cansaron de hacer un montón de cosas tratando de doblarle las piernas al Presidente y ver si aceptaba correrse voluntariamente para que fuera otro el candidato. No corresponde».
«El Presidente tiene todo el derecho del mundo como todos los presidentes del mundo, que buscan normalmente su reelección», remarcó el ex senador nacional.
Para Aníbal Fernández, el jefe de Estado «sigue siendo el mejor candidato» del Frente de Todos y fundamentó su apoyo: «Con pandemia, con guerra, con todas las calamidades que le tocó soportar, bajó la desocupación, resolvió el tema de los tenedores de bonos, el default en pesos, la situación con el Fondo Monetario Internacional (FMI)».
«Si nos dejáramos de molestar y tratar de hacerle todo el daño posible, sería posible» el triunfo del oficialismo en los comicios de este año, aseguró el integrante del Gabinete.
En ese sentido, remarcó que «la verdadera pelea es contra la derecha, no contra los propios compañeros, como han hecho con él todo este tiempo».
Por otra parte, Aníbal Fernández volvió a referirse al crimen del colectivero en La Matanza y expresó: «Es rara la cosa».
«Sigo creyendo que es una situación extraña que por monedas hagan un desastre semejante», manifestó el ministro de Seguridad, quien fundamentó su opinión al apuntar que «había un coche de apoyo, el horario, ir a robar un colectivo en un barrio de La Matanza a esa hora».
E insistió: «Que haya semejante movimiento y semejantes armas sea… ¿solamente para robarse una cartera que debería llevar nimiedades? No tiene mucho sentido».
Hasta junio, las discusiones prometen seguir, en un frente que se propuso gobernar para los últimos y, con pandemia mediante, los últimos fueron cada vez más últimos, y los pocos primeros, cada vez más primeros.
Que Argentina registre el nivel de empleo más alto de las últimas dos décadas, conjugado con el empobrecimiento de la clase trabajadora a niveles casi históricos, no habla de una reducción de la torta de ingreso del país, sino de una concentración mayor de la riqueza, donde los pocos que más ganan acrecientan su participación y se la quitan a la clase trabajadora: tener un empleo no es sinónimo de ascenso social, sino apenas de supervivencia.
Desde el kirchnerismo y los partidos de izquierda aliados, le cuestionan que no haya usado la lapicera para evitar que unos vivos se queden con la mayor parte de la renta nacional. Se lo dejó al libre mercado, que pide rebaja de impuestos, quita de derechos laborales y dolarización de la economía. Y en ninguna de esas consignas aparecen los últimos.