El gobernador Sergio Ziliotto, el intendente Luciano di Nápoli y la intendenta Fernanda Alonso, son los grandes ganadores de la jornada.
Enfrente, un papel decoroso de Tororba y Berhongaray, pero perdedores, teniendo en cuenta que a los cuatro vientos afirmaron que ganaban.
Sergio Ziliotto se erigió en ganador con un porcentaje de votos que responde a las elecciones tradicionales del pejota, y no se pueden comparar con 2019, donde era el candidato de la esperanza del cambio nacional y este domingo, fue el candidato del mismo signo del gobierno argentino que va a entregar el país con una inflación, pobreza e indigencia, superior a la que dejó el macrismo.
Y ganó cuando apostó a que Luciano di Nápoli sea reelegido sin que se le haga una interna. También cuando decidió no hacer campaña electoral para dedicarse a la gestión.
En la conferencia de prensa, ante un periodista cordobés que le preguntó si se sumaría a Schiaretti, dejó en claro que “no es por derecha”, la construcción del peronismo en la actualidad.
Y también ganó. O por sobre todo ganó, el intendente Luciano di Nápoli, que tuvo que soportar tantas críticas de peronistas como de opositores. Algunos azuzaron la bandera del corte de boleta, otros le dieron por perdida la elección desde que dijo que iba por la reelección, pero fue la sociedad la que le revalidó la confianza.
A pesar de los discursos mediáticos y de redes sociales, Luciano di Nápoli ya pasa a la historia como el primer intendente en ser reelegido desde 1999: en el medio quedaron Néstor Alcala, Juan Carlos Tierno, Francisco Torroba, Luis Larrañaga y Leandro Altolaguirre. Y para agregarle motivos al festejo, ganó, siendo de La Cámpora, la agrupación más demonizada en los últimos años.
Fernanda Alonso sacó una gran diferencia donde Juntos por el Cambio ya se hacía los rulos y se probaba el traje ganador. Y ganó a pesar de que en 2021 se borró en plena campaña para demostrar la fuerza del vernismo en General Pico, donde perdieron la elección legislativa, como en casi toda la provincia, menos en la “Santa Rosa kirchnerista”, que se encargaron de cuestionar y vilipendiar.
El FreJuPa triunfó, algunos sectores del PJ, no: son los que dicen representar a la gente “peronista de verdad”, la misma que iba a cortar boleta, y que este domingo, se comportó de una manera que no encaja en su “peronómetro”. Algunos, hasta trabajaron abiertamente para Juntos por el Cambio.
Para otro momento queda la discusión sobre la cercanía o lejanía del peronismo de estado, o del partido del estado, con sus históricas bases, donde las quejas no pasaron de los dichos a la acción, ya que volvieron a votar peronismo.
Perdedores
Al no ganar, en esta lista se suman Martín Berhongaray y Francisco Torroba. Pero, en distinta medida. Berhongaray se presentó como candidato en una interna para no regalarle la fórmula al PRO. Y en la general, casi que consigue un empate técnico en el reparto de legisladores provinciales. Si alguna vez pensó en la jubilación de la política, este domingo recibió un pedido de continuidad.
Torroba, que también perdió por muy poco, suma una segunda derrota por la intendencia y es el que más confiado aparecía: dejó trascender que estaba entre 6 y 8 puntos arriba. Eso no pasó, pero tampoco le dieron una paliza. Pero perdió.
El Frente de Izquierda de los Trabajadores Unidad consiguió un magro 1,5 % por ciento, pero superó a los provincialistas del MoFePa, y a Desde el Pie, el partido al que la sociedad le destinó el último lugar en la tabla electoral.
En el medio, entre los ganadores y perdedores, se ubica Comunidad Organizada, con un espacio de tercera fuerza, consolidado en una representación legislativa de dos diputados provinciales. Pero a su vez, llega a un estancamiento, donde le cuesta crecer más allá del voto duro del tiernismo.
Derrota rotunda
Los libertarios de Javier Milei, con candidatos a legisladores en la Provincia, Toay y Santa Rosa, mi llegaron a un 2% de los votos, muy lejos de la promocionada nueva fuerza que viene a terciar entre los ganadores.
Fuera de CABA y los medios tradicionales, son los principales derrotados: ni con toda la prensa, las redes, y los formadores de opinión, pudieron siquiera pasar el piso electoral del 3 %, que la ley provincial exige para poder discutir el reparto de algún cargo legislativo.
Los seguidores de Milei no fueron los que se esperaban, pero si fueron los mismos pocos de otras elecciones provinciales.
El peronismo con sus aliados, la mayoría de centroizquierda y de de izquierda, revalidó medallas y sostuvo el gobierno en una crítica situación económica. El electorado volvió a confiar en quien aparece como el mejor gestor, tiene la seriedad de la experiencia, y la lengua del sabio, que no se deja encandilar por las luces de la pasarela, y no regala adjetivos para títulos rutilantes.