Por tratarse de una elección nacional mis comentarios, están sobretodo, vinculados a las acciones de los políticos y funcionarios nacionales más que a los locales, con alguna excepción que todos los militantes del Proyecto nacional y popular conocemos. Para hacerlo nunca me puse del lado de los que me vencieron y ese es mi principal triunfo.
(Por Ricardo Víctor Cheli). El manejo del Frente U.P. por parte de la derecha pjotista que ocupa la cúpula y la conducción del mismo (los gobernadores, los gordos de la CGT, las conducciones provinciales y otros que son y representan a la derecha liberal) nos impusieron su candidato, al que ni ellos militaron, porque ya se olvidaron qué o quién era ese Massa y nos pusieron en una encerrona, donde sólo teníamos dos opciones de neoliberalismo, una muy mala y la otra peor.
Nunca estuve con Massa, sé muy bien quien es, conozco su verdadera cara, es Duhalde y antikirchnerista y más aún anticristinista. Se lo vinculó a la droga, a la maldita policía, al manejo de fiscales y jueces, de lo que no tengo pruebas, pero si de su dependencia de la embajada yanqui y sus estrechos vínculos con los buitres financieros del país del norte.
Hubo muchos errores, una militancia limitada, y los de los sectores progresistas, descansamos en que se arreglaba desde arriba y no desde abajo, o sea desde las bases, como fue siempre en función de estructuras que los que conducían el Justicialismo habían desarmado.
Esa derecha Pjotista neoliberal nos cerró el camino, nos desarticuló las juntas vecinales, las unidades básicas, los partidos, las infinitas orgas de norte a sur, desbaratando la participación popular y la opinión de la militancia y en definitiva de la sociedad real.
Le tenían y le tienen miedo a los reclamos de las bases, del pueblo porque la idea es hacer lo que la estructura dispone, no lo que la mayoría le reclamaba. Por eso armaban las listas a dedo colocando en ellas sus amigos, familiares, esposas o amigas de, hijos de y alcahuetes o recaudadores.
Mientras ellos hacían esto, no supimos, no pudimos o no quisimos enfrentarlos y combatir este manejo deshonesto y autoritario, por miedo a que gane el neofascismo sionista las elecciones y aceptamos esas reglas, callamos, consentimos. Y… ganó Milei.-
Nos equivocamos, ganaron igual con el apoyo de muchos de los nuestros asqueados de ese manejo y por supuesto, como al final no existen los neutrales, el infaltable apoyo de la mayoría del radicalismo siguiendo su historia de apoyo a las dictaduras y a los fascistas, usando su histórico disfraz de republicanos democráticos, desde donde acusaban a los otros de lo que ellos eran (en psicología se llama proyección), aplicando las reglas de la manipulación y propaganda al estilo Goebbeliano, apoyados por los medios, el mercado y los sectores financieros internacionales que fueron funcionales a este plan.
Hay que asumir, que hemos retrocedido, y retroceremos aún más (al Siglo XIX promete el Presidente electo), hay que comenzar desde abajo a reorganizarnos, sin traidores, corruptos y vendepatria que navegan dentro del Movimiento y la mayoría de los militantes conocen y particularmente en nuestro terruño. El miedo a perder por enfrentarlos ya no existen, son minoría en el frente nacional y popular.
La elección ya está puesta y la única verdad es la realidad y las consecuencias políticas y sociales de este gobierno de ultraderecha serán francamente destructivas del tejido social, tales como las anunciadas medidas supuestamente libertarias, de apoyar a los ingleses en Malvinas, o sostener que el Papa es el anticristo en la tierra, que permitirá la venta de órganos y niños, la libre portación de armas, que va a eliminar el actual régimen de jubilaciones, privatizar casi todo el Estado y que no tendrá relaciones mercantiles con los países con los que más comercializa la Argentina
No me caben dudas que estas medidas antipopulares traerán momentos de resistencia y luchas muy duras. Vienen por todo (como acusaban a Cristina), vienen por la tierra, las viviendas, las jubilaciones, la salud, la educación, las empresas del estado, o sea todo eso que no pudo concretar la Alianza de Juntos por Cambio encabezada por el Macrismo y el radicalismo y que dejó hipotecado el futuro de varias generaciones y las esperanzas progresistas de todos.
El Menemismo, apoyado por la derecha pjotista neoliberal, fue quien continuó la destrucción iniciada en 1930 por las dictaduras. Macri con la monumental deuda y algunas leyes y decretos, nos condenó a ser esclavos de los grupos financieros internacionales como Black Rock, entre otros, que fueron quienes financiaron a Milei.
Es evidente que el odio inculcado a la sociedad no dejo ver a millones de argentinos el riesgo que estamos corriendo, ya que a la ultraderecha fascista y a los capitales internacionales que los financiaron, no les importa una guerra fraticida, no sólo no les preocupa les produce ganancia, como se observa en Ucrania y Palestina, porque siempre los muertos los pone el pueblo.
Lo que se viene es un neomenemismo político (se ve en los asesores de Milei) que plantean la desindustrialización, la destrucción del aparato productivo y la primarización de la economía, con pérdida de ciento de miles de puestos de trabajo, de mano de obra argentina, para ser funcionales a las economías angloeuropeas, que necesitan de nuestra energía y materia prima. “Volver al Siglo XIX” vocifera el presidente electo, con una Europa, que carece de materia prima y energía, con 10 veces más población que nosotros y que siempre vivió, durante más de 2.000 años, de robarle y saquearle al mundo, primero el conocido y luego el nuevo mundo.
Nuestra sociedad eligió, se usó la manipulación mediática y de sectores religiosos que responden a intereses del país del norte, pero eso no es excusa para no asumir la falta de acción de los nuestros. Para algunos esto era esperable, para el suscripto no, porque supusimos que los pueblos no se suicidan masivamente. Las consecuencias van a ser muy graves, deberemos afrontarlas y combatirlas. Eso no será mi primordial problema y mucho menos a mi edad, pero quedan los que vienen, me preocupan los jóvenes, nuestros hijos y que las tristes historias de luchas y muertes, se vuelvan a repetir. El 2001 fue solo una muestra. El sistema imperialista no vence sin antes destruir los pueblos y a su principal factor del progreso, el hombre.
Ahora nos toca, debatir porqué a los electores de Milei, el odio le ganó a la razón y prepararnos para enfrentar un futuro muy duro, pero sin bajar los brazos, ni los ánimos y al mismo tiempo apoyar, sin dejar de interpelarlos, a nuestros Gobernantes -en La Pampa- porque son nuestros auténticos representantes, que el pueblo de la Provincia, democráticamente eligió.